viernes, 12 de noviembre de 2010

OPONETE

Sobre la enseñanza del derecho y los roles actuales de los operadores del sistema de justicia.





Durante la audiencia en que se recibió la declaración indagatoria, nos llamó poderosamente la atención que el Tribunal preguntó, profundizó las preguntas del fiscal e ignoró a la defensa, incluso intentando dar por concluida la audiencia sin invitarlos a preguntar. Utilizó la indagatoria para completar las inconclusas pruebas presentadas por las partes.


Llamativamente, la actuación del Tribunal de ayer nos dejó entrever que no contaban entre las opciones la de absolver al acusado por aplicación del principio indubio pro reo. ¿Y el estado de inocencia? Bien, gracias.


Sinceramente nos quedó la impresión de que el Tribunal buscaba construir la historia. Incluso pareció dispuesto a obtener las pruebas faltantes del propio acusado. Lo más preocupante es que pareció que el Tribunal necesitaba justificar la decisión –que tomada o no- debía, contra el estado de inocencia, construirse sobre pruebas.


En una de las intervenciones AB indicó claramente que eran necesarias las oposiciones de la defensa, y ante la pregunta de un miembro de aquella, él respondió "si ya lo tenés en contra al Tribunal". Aún más ilustrativo resultó la respuesta de una de los integrantes del Tribunal, con un tono irónico y firme le indicó: "OPONETE".




Entonces, ¿Qué ha ocurrido con la imparcialidad del Tribunal? Podría considerarse llamativo que estudiantes de derecho, cuya formación se ha efectuado durante la vigencia del "Nuevo" Código Procesal Penal de la Nación, mantengan esta postura tan inquisitiva como miembros de un Tribunal de juicio.


A nosotras, marcadas con un dejo de escepticismo al respecto, no nos sorprende. Sólo confirma que éste código que intentaba generar un sistema mixto, no puede desprenderse de su origen inquisitivo. Tal vez si nos decepciona ver esta puesta en escena, cuando muchas veces se justifican las prácticas inquisitivas de los tribunales en el hecho de que sus integrantes se han formado en la lógica del Código Obarrio.


Esperando que estas prácticas no se repitan si alguno de los que participamos en esta cursada accedemos a tales lugares de poder, creemos necesario reflexionar de manera crítica sobre los roles que ocupan fiscales y jueces en nuestro sistema; analizando si en pos de formarnos para poder ejercer en “el sistema que existe” no estamos en realidad, contribuyendo a reproducirlo sin la menor mejora.

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